Propiedades y usos de la Turmalina
Turmalina
La turmalina pertenece al grupo de los silicatos.
El nombre turmalina procede de la palabra cingalesa «touramalli», que significa, «piedras de colores mezclados» y esta denominación fue originalmente aplicada a una serie de piedras, principalmente circones.
También se cree que su nombre puede proceder de la palabra cingalesa «turamali», que significa «piedra que atrae las cenizas», que hace referencia a sus características piropiezoeléctricas.
Hay importantes yacimientos en Brasil, USA, Canadá, África, India, China, Rusia y Afganistán.
La turmalina se presenta en toda la gama de colores, siendo común la mezcla de dos o más colores en la misma gema.
La variedad schorl (chorlo) es la más abundante en el planeta y su color es negro. Muy conocida como turmalina negra o turmalina chorlo.
Según la gemoterápia en general las turmalinas son muy beneficiosas para el cuerpo físico y el mental, protegen, limpian y estabilizan los campos energéticos de los seres vivos.
Según estas prácticas se cree que las turmalinas disminuyen los dolores de los problemas graves de salud.
Muy recomendada para beneficiar el chakra cardíaco cuando se presenta en tonos verdes, verdelita, o rosáceos, rubelita, y en la variedad “sandia” que presenta las dos colores juntas.
La rubelita, es la piedra de la pasión y del amor, pero también es reguladora de los impulsos sexuales y aporta estabilidad emocional, aumenta la autoestima y combate la timidez.
La turmalina negra es muy utilizada como piedra protectora, ya que descarga hacia la tierra las energías negativas que caigan sobre la persona que la lleve.
También aumenta la intuición y facilita la meditación.
Cuando es utilizada en bruto para la decoración y feng shui, la turmalina negra filtra las radiaciones de los aparatos electromagnéticos, protege del mal de ojo, limpiando y estabilizando los campos energéticos del ambiente.
Es una formidable barrera contra las energías negativas.