Las piedras sintéticas también tienen propiedades protectoras

Las piedras sintéticas y sus propiedades

¡Ojo! Que cuando hablamos de piedras sintéticas, muchas personas entienden que se trata de una especia de plástico. Cuando, en realidad, quiere decir que se han sintetizado en un laboratorio. Pero, siempre a partir de otra piedra natural a la que han modificado por diversos procedimientos químicos o físicos.

La única diferencia de una piedra sintética con una natural es que no la producido la naturaleza sino el Hombre.

¿Hace eso que sus propiedades sean menos importantes o que no tenga propiedades?

Absolutamente no.

Piensa un poco.

Las piedras o minerales poseen propiedades porque son seres vivos… a su manera, claro, pero vivos.

En su interior hay moléculas y electrones con cargas eléctricas o electromagnéticas en constante movimiento. Igual que en todos los demás seres vivos.

El hecho de que las piedras sintéticas hayan sido creadas, o, mejor dicho, modificadas en el laboratorio, no quiere decir que se conviertan en objetos inertes.

Es como, si dijéramos que una persona a la que han modificado en un quirófano, poniéndole, una prótesis, un brazo o una pierna artificial o, incluso, operado de cataratas (insertando un cristalino artificial), dejara de ser una persona.

Su vida habrá cambiado, en cierta forma, incluso puede haber cambiado su aspecto, si se ha sometido a una cirugía plástica. Su imagen ha cambiado, pero su esencia es la misma.

Con los cristales ocurre algo parecido. Cogen en un laboratorio un mineral con ciertas características naturales y los científicos observan que, al someterlas a determinados procesos, se obtienen otras características diferentes que la hacen más bonita o más utilizable.

Esto último es importante, sobre todo cuando hablamos de joyería, ya que el artesano debe poder trabajarla.

Las propiedades principales o básicas no cambian. Sigue siendo un mineral. La diferencia es que quizás antes era “el patito feo” de los minerales y ahora, como en el caso de la Circonita, se ha convertido en un hermoso cisne.

Vamos, que se ha sometido a una cirugía plástica y les ha salido estupendo.

Evidentemente, según haya sido el proceso, las propiedades habrán cambiado en menor o mayor grado.

En algunos casos, conservan las características iniciales y adquieren otras adicionales. En otros casos, si cambia la estructura interna, lógicamente, sus emisiones energéticas pasarán a ser diferentes.

Muchos puristas de la gemología, desdeñan estos minerales por considerarlos artificiales ya que no han salido así de la naturaleza. En mi caso, como en el de muchas otras personas que trabajamos con minerales, no considero que eso sea así.

Al fin y al cabo ¿qué es la naturaleza sino un enorme laboratorio que experimenta constantemente con todo tipo de cosas?

Surgen nuevas especies, transforma otras, extingue otras o las hace evolucionar hacia otras con otra forma distinta.

La madre naturaleza tiene curiosidad y experimenta con todo aquello que le pertenece.

Quizás la naturaleza modifique a sus miembros por necesidad o por utilidad. Nosotros, la imitamos. Es verdad que, a veces, hacemos muchas tonterías. Pero, otras, hacemos cosas magníficas que no aportan muchos beneficios.

En el caso de la modificación de los minerales, se suele hacer por dos motivos.

Uno, buscando alguna utilidad en el campo de la tecnología. Otras veces, en el propio campo de la joyería.

Y, también, a veces, se llevan sorpresas y, buscando una aplicación, se encuentran con que les ha salido un cristal de una belleza sorprendente. Ese es el caso de la Circonita que es lo más parecido a un diamante.

Pero, lo más importante es que esas piedras o cristales nuevos que surgen tienen propiedades que podemos utilizar.

Nuestra única desventaja para trabajar con ellas es que hay que empezar de nuevo.

No hay estudios, no hay tradición, no hay nada en lo que basarse.

Ahí empieza nuestra labor de aplicarla para diferentes casos y estudiar y verificar y anotar los efectos producidos hasta tener un estudio lo suficientemente amplio como para poder afirmar que sirve para esto o aquello.

Aun así, nunca vamos a tener certeza de nada.

Pero eso ocurre con todas y cada de las gemas, porque esa es su auténtica magia, que, aun habiendo una línea general, a veces, muchas veces, nos sorprenden actuando en cada persona de diferente modo.

Tampoco es tan extraño. Los seres no somos todos iguales y tenemos nuestra propia energía y, por lo tanto, puede interaccionar de manera diferente con otras energías.

Por esa razón, yo recomiendo no desdeñar a la ligera las piedras sintéticas, puesto que sus propiedades pueden ayudarte tanto o más que cualquiera de las naturales.

Otra cosa es las que están hechas de plástico, puesto que se trata de un objeto inerte. Aunque sobre eso también habría mucho que hablar, ya que todo lo que existe emite energía en mayor o menor medida.

Pero, en el caso de los plásticos, están concebidos, justamente, para que no interacciones con el ambiente, una de las razones por las después es tan difícil que se degraden.

Otra cosa son las resinas.

Las resinas, son en su mayor parte naturales y provienen de las plantas. Empiezan saliendo en un estado líquido o gelatinoso y se endurecen con el aire.

Solemos no tener en cuenta a las resinas cuando utilizamos las piedras o cristales, pero tienen también sus propiedades.

He podido comprobar esto en su utilización como péndulo, alcanzando a veces un grado de precisión, incluso mayor que los péndulos de cristales. Por ejemplo, en radiestesia. Quizás porque están más en sintonía con el agua, al provenir de un vegetal.

También hay resinas sintéticas. Estas resinas sintéticas, aunque sean llamadas así, son prácticamente plásticos y tienen poca o ninguna energía apreciable.

En fin, en conclusión, que, aunque yo te deje una guía en base a la recopilación de datos tradicionales, estudios y experiencia, tú deberías experimentar también con cualquier piedra, sintética o no y observar tus propios resultados.

Fíjate que pasa lo mismo con los símbolos.

Más allá de que los carguemos energéticamente o no, su simple forma sugiere algo al subconsciente que despierta en nosotros y en los demás que es capaz de provocar resultados extraordinarios.

Y, eso ocurre, aunque el material del que está formado sea de los más humilde.

Lógicamente, si, además, le sumas un buen material y lo cargas ritualmente, ya tienes en tus manos un poderoso amuleto o talismán. Pero, date cuenta de que muchos amuletos poderosos están hechos de hierbas, plumas y cositas que nos da la naturaleza sin valor económico ninguno.

Pero, eso es otra historia.

 

 

 

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